domingo, 23 de diciembre de 2007

27: MUDANZA A MADRID. ¡¡EMPIEZA LA POST-PRODUCCIÓN!!


Quizá algunos no habéis sido informados todavía, pero en los últimos días mi vida ha cambiado de forma drástica.


No se trata de nada malo. No existe nada malo en este mundo, que es algo así como decir que dos nunca pelean si uno no quiere.


Pero el Destino, siempre aficionado a las sorpresas y a las bromas, me manda a vivir a Madrid.


No es nada definitivo. Entre otras cosas, porque definitivo es una palabra incompatible con la vida.


No sé cuánto tiempo me quedaré en la capital. ¿Un mes? ¿Dos meses? ¿Tres? El tiempo necesario para terminar de una maldita vez la peli.


Porque a eso es a lo que voy: A iniciar ¡por fin! el proceso de pos-producción de Gritos en el Pasillo.


Prácticamente he terminado con mi trabajo en la serie y ya hay poca cosa que pueda hacer aquí. Por eso Alby y yo hemos decidido dividirnos las tareas. Mientras él se queda aquí, lidiando con Érase Perdices, yo aprovecharé un pasaje a Madrid que ya tenía sacado para, desdeñando el billete de vuelta, permanecer en la metrópolis ocupándome de que la película se monte, se sonorice, se musique, se vuelvan a grabar los diálogos, etc.


Otra ventaja de estar allí es que podré supervisar la realización del making of de Gritos, tarea que hemos delegado en mi estimadísimo Raúl, y podré también seguir dando caña en las cuestiones de promoción, donde no moveré un dedo sin consultarlo con mi también estimadísimo Alberto.


Y si la película me deja tiempo para más cosas... ¿quién sabe? Tal vez intente encontrar algún trabajo allí... o tal vez aproveche para intentar mover de una vez por todas esas novelas que se me acumulan en el currículum.


De un modo u otro, la peli es lo primero, y si las cosas marchan como tienen que marchar, no tendré apenas tiempo para invertir en otra cosa.


No niego que a una parte de mí le da pereza irse. Dejo aquí muchas cosas y personas que me importan.
Pero, por otra parte, confío en poder regresar dentro de poco... y a pesar de los molestos incordios inherentes a la jungla urbana, me espera allí muchísima gente a la que quiero, y muchísimos cines, y una película que terminar, y mil aventuras que vivir... y si algún día el ruido, el humo y el asfalto comienzan a pesar más de lo recomendable, me escaparé un ratito a mi adorado Parque del Oeste.

No hay comentarios: